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La Profundidad Natural del Hombre |
![]() ¿Cuál es la diferencia entre una persona profunda y otra superficial? Habitualmente asociamos el termino "persona profunda" a alguien que conversa sobre temas interesantes, tiene opiniones intelectuales diversas, o accede a lecturas difíciles de entender por el común de la gente. Pero… ¿es esto lo que hace a una persona profunda en su vida? ¿Que es la profundidad en la vida?Culturalmente asociamos "profundidad" a lo que yo definiría como: "Actividad Cerebral Elaborada". Es decir, un proceso avanzado de razonamiento, abstracciones y conceptualizaciones propias de una persona que ha logrado desarrollar su aparato pensante, por sobre los diversos aspectos de la taxonomía cognitiva… Sin embargo creo que esto no es lo que hace a una persona profunda, o que por esta razón, esa persona tenga una experiencia profunda de vida…
La vida del hombre actual, reforzada por la sobre
valoración de la inteligencia cognitiva y el concepto "pienso
luego existo", le sucede al hombre básicamente a través
de una experiencia mental, muchas veces razonal, de carácter básicamente
descriptivo más que intuitivo o directo de la realidad.
Esta excesiva actividad intelectual se realiza
a través del "uso de la razón de manera dual".
En mi opinión, esto provoca una disociación interna y un
estado de separatividad, que sumado a la fuerza de gravedad, es la base
de la individualidad y el EGO. Desde esta perspectiva, lo que culturalmente llamamos "profundidad", en realidad sucede en la "superficie" de la persona, en el mundo abstracto del pensamiento. Esto no es verdaderamente "profundidad", si no mas bien "superficialidad"… El hombre, al permanecer atado a su descripción de las cosas -que realiza constante e inconscientemente- vive en un estado de adormecimiento muy parecido al estado de conciencia de la persona hipnotizada: Vive literalmente "dormido". Su realidad es la "DUALIDAD". En esa dualidad, el ser humano puede desarrollarse abarcando descripciones y análisis mentales abstractos y complejos. Sin embargo, estos análisis y abstracciones nacen en un estado de conciencia adormecido, que no pertenece a la profundidad del hombre despierto e iluminado, si no más bien a la superficie de su existencia… Los Seres Humanos parecemos vivir en un estado de hipnosis colectiva, producto de una mente "encarcelada" por la dualidad, llena de descripciones, juicios, apegos, conceptos y razones, que generalmente son la base del sufrimiento humano. Podríamos decir análogamente que nuestra mente es como la superficie de un lago. Cuando hay viento y tormenta, la superficie del lago está en movimiento, llena de olas y remolinos, va y viene. La superficie de un lago en movimiento es como una mente llena de pensamientos, descripciones y clasificaciones… Estos podrían llegar a ocupar un lenguaje muy académico, sin embargo siguen siendo olas y remolinos sobre la superficie del lago… Una actividad muy fuerte del aparato mental, por muy abstracta que sea, es justamente lo contrario a la profundidad de la persona… Son como las olas de una tormenta en el mundo Dual. En cambio existe bajo la tormenta una profundidad que permanece en calma…
Cuando un Ser Humano "baja" a la verdadera
profundidad de Sí mismo, el aparto mental se tranquiliza y la dualidad
comienza a desvanecerse… como las movidas aguas de un lago que comienzan
a aquietarse para finalmente quedar tranquilas reflejando el cielo sobre
su superficie.. ESA ES LA VERDADERA PROFUNDIDAD DEL SER HUMANO.
En esa profundidad la mente está quieta,
contemplativa y no analítica. En ese estado la actividad cognitiva
NO alborota las aguas de la superficie con pensamientos duales y mecánicos,
sino que realiza su trabajo naturalmente constatando la existencia. ![]() Se dice que el hombre, en su actual estado de evolución, permanece constantemente en esta dualidad: Yo-Tu, Bien-Mal, Hombre-Mujer, etc. Los Sagrados Textos hablan de este estado en el que los hombres vivimos actualmente, alejados del Paraíso, lugar en donde si vivíamos en comunión con DIOS…
"En el Jardín del Edén, Dios
prohibió a Adán y Eva comer del árbol que se encontraba
en el centro del paraíso, el árbol del Bien y el Mal. La
prohibición fue para que así, Adán y Eva, se mantuvieran
siempre en comunión con DIOS, en UNIDAD (1).
"Se vieron por primera vez separados uno del
otro, diferentes". …A partir de ese momento el ser humano perdió la unión con Dios y fue expulsado del paraíso. Su regreso esta custodiado por "dos" querubines con sendas espadas de fuego… Desde entonces el hombre ha vivido alejado de la UNIDAD (el Uno) en un constante devenir DUAL (el dos) entre el bien y el mal... En un mundo descrito por una mente dual -no unificada- que siempre esta "describiendo" la realidad; siempre "analizando", "criticando", "evaluando", "clasificando", "rechazando la vida tal como es", "queriendo siempre (al contrario del amor incondicional) cambiar al mundo y a sí mismo".
El mundo de la dualidad absorbe al hombre en la
superficie mental de su existencia, sin permitirle vivir más "profundo",
allá donde hay calma… Bajo las agitadas aguas de su mente
analítica y conceptual.
El eco o anhelo de la experiencia perdida del
Paraíso, o la UNIDAD con DIOS, permanece en los registros acásicos
y en el inconsciente colectivo e individual de la humanidad, haciendo
de la vida del hombre un constante anhelo, muchas veces inconsciente,
de busca de sentido y respuesta a las grandes y eternas interrogantes
del hombre… Las respuestas a estas interrogantes, al ser contestadas por una mente dual, aunque sea brillante, nacen en la SUPERFICIALIDAD del pensamiento DUAL, y por lo tanto, no pueden entregar la certeza de la respuesta que viene desde la PROFUNDIDAD DEL SER, LA UNIDAD, EL UNO, …DIOS EN TI. Las respuestas intelectuales pueden incluso llegar a ser procesos mentales muy impresionantes, pero no nos tranquilizarán nunca, pues vienen de la superficie arremolinada de la tormenta del pensamiento y verborrea constante.
Sin embargo, aquellas respuestas que nacen bajo
la superficialidad de la tormenta, en lo profundo de la escencia, en el
Ser, entregan calma y certeza real nacida de la profundidad calmada del
lago.
La verdadera profundidad de un hombre, la profundidad
natural de un hombre, radica en la experiencia de esa unidad, en la transcendencia
a la dualidad.
Entonces la gran elocuencia que resulta de una
experiencia así, le permite al hombre dar el discurso más
sublime que existe acerca de la verdad… El discurso del silencio.
…UNA HERMOSA Y DESDIBUJADA SONRISA OBSERVA
EL SONIDO DE LA MIRADA LLENA DEL HORIZONTE QUIETO DE LA PROFUNDIDAD DEL
LAGO… ![]() Alvaro Bustamante Escayol Profesor. Julio, 2004. Dojo Sanchin. Kenshin-Karate-Do |